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Durante la antigüedad un piloto experimentado calculaba “a ojo” la velocidad y la distancia recorrida era la navegación de fantasía”.

 

Pero en el siglo XV ya estaba generalizada la “aguja de marear”, una brújula que facilitaba el seguimiento de un rumbo. La brújula era el método más fiable para fijar un rumbo o los palos magnéticos.

 

TÉCNICAS DE NAVEGACIÓN

El cálculo de distancia navegada se realizaba con la “ampolleta”, un reloj de arena. Ya que para conocer la longitud era necesario conocer la hora exacta del lugar donde se estaba y la de cualquier otro punto del que se conociese su longitud, la diferencia horaria marcaba la diferencia geográfica. En la antigüedad la velocidad de la nave no era muy exacta: se lanzaba un corcho por la proa y contaba (generalmente recitando alguna oración) cuanto tardaba en llegar a la popa. Tras este proceso se consultaban las tablas donde se establecía la relación entre las frases de la oración y el espacio recorrido por el barco.

 

CALENDARIO MAYA

 

Las civilizaciones antiguas de Meso América desarrollaron calendarios escritos precisos, de los cuales el más sofisticado era el “Calendario Maya”. Su precisión deriva del hecho de que se basa en una cuenta continua e ininterrumpida de los días (llamados kin en maya) a partir de un día cero inicial. Como cada calendario este también tiene un punto de inicio que según el nuestro es el 13 de agosto de 3114 a.C.

 

El conocimiento ancestral del calendario guiaba la existencia de los mayas a partir del momento de su nacimiento; llevaban varias cuentas calendáricas independientes de los kin que estaban sincronizadas, siendo las de 260 y 365 días las más importantes.

 

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